La historia del Sphynx o gato sin pelo se remonta a los años sesenta, concretamente en el área geográfica de los EEUU y Canadá. En efecto, en aquellos lugares, tras la aparición espontánea de gatos sin pelo, fruto de mutaciones naturales, se comenzaría a trabajar en torno a su subsistencia y conservación. Algunos de aquellos felinos llegaron a ser los ancestros del Sphynx moderno; el cuidado y selección, por parte de criadores entusiasmados, dio lugar a su expansión internacional. Europa jugó un papel importante participando activamente en la creación del Sphynx, gato egipcio o esfinge.